El mundo siempre se dividirá entre:
Los que le echan la culpa siempre cosas exteriores.
Los que piensan que todo es su culpa.
Ambos son extremos, pero también existen los que están en medio:
Los que van acercándose a un extremo u a otro. Dentro de estos últimos tendríamos que usar una regla y medir, preguntarnos en cada acción: ¿es mi responsabilidad o no? Hasta dónde llega esta, o hasta dónde llega la de los demás, si no está esta última, ¿puedo hacerla yo? ¿Qué pasa o no si lo hago? ¿Qué pasa o no si no lo hago? Lo terminaré haciendo aunque no sea mi responsabilidad, ¿para qué?
En psicología existe un término que se le acuñe a esto: locus de control. Y es tan importante saber sobre este punto pues en la medida en que vuelvas a ver al mundo lo puedes ver desde diferentes perspectivas, saberlas distinguir. Porque eso impactará así las decisiones que tomes: ya sea para llevar a cabo algo o no. Forma parte de tu filosofía de vida.
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